El doctor Javier García Campayo visita la redacción de Heraldo.es tras publicar el libro ‘La ciencia de la compasión: más allá del mindfulness’ junto a los profesores Marcelo de Marzo y Ausiàs Cebolla. El psiquiatra e investigador aragonés responde a las preguntas de los lectores sobre las terapias de compasión asociadas al mindfulness, entendiendo la compasión como capacidad de empatía y conexión social.

¿Hace falta ser una persona espiritual para practicar mindfulness?
Para nada es necesario ser espiritual para practicar mindfulness. Hace falta ser consciente de que se puede ser mucho más feliz practicándolo. Lo que sí ocurre es que muchas personas conectan más con su aspecto espiritual gracias a la práctica.

¿Hay algún método de empezar a practicar mindfulness en el día a día, desde casa, sin ir a cursos ni talleres?

Simplemente siendo más consciente de nuestros actos, no pensando en algo distinto a lo que se está haciendo, disfrutando de aquello que se hace como si fuese lo más importante en la vida. Eso es mindfulness. Mucha gente lo tiene de forma natural.

¿Se puede practicar en cualquier momento?
Se puede practicar en cualquier momento simplemente siendo consciente de lo que se hace, siendo consciente de que cada momento en la vida es único, de que jamás volverá a repetirse. Aunque esa misma acción la hagamos otras veces, cada momento de nuestra vida es irrepetible. Tomar conciencia de eso es mindfulness.

¿El mindfulness solo es para personas estresadas?
Mindfulness es especialmente útil si hay estrés, pero lo puede practicar cualquiera que quiera mejorar su bienestar psicológico.

¿Qué patologías pueden ser las que más se beneficien del mindfulness?
De las enfermedades psicológicas, la máxima evidencia de su eficacia se ha observado en depresión, ansiedad o trastornos adictivos. Entre las enfermedades médicas, destaca el dolor crónico, la hipertensión o para mejorar la calidad de vida (no es curativo como tal) en el cáncer.

¿Las técnicas de mindfulness varían con la edad del paciente? Es decir, ¿es más fácil obtener resultados en una etapa de la vida que en otra?
Las técnicas son similares (en niños los tiempos son más cortos y el formato más lúdico). La eficacia no depende de la edad, nunca es tarde. Depende de lo que se practique.

¿Se puede trabajar el mindfulness con niños en etapa de desarrollo de la personalidad? Si es así, ¿cuáles cree que serían los resultados?
Desde los 6 años se esta impartiendo mindfulness en niños. Los resultados son mayor concentración y mejor regulación de las emociones, así como mejor rendimiento académico. Pero yo insistiría en que sobre todo, van a ser más felices.

¿A qué personajes de primera línea le aconsejaría más encarecidamente esa ciencia de la compasión?
Mindfulness y compasión son útiles para todo el mundo, pero en países muy concienciados como Estados Unidos o Gran Bretaña, se acepta que es importante que los dirigentes también practiquen mindfulness, porque sus decisiones tienen una gran influencia en el mundo. En Gran Bretaña y Holanda los parlamentarios practican mindfulness de forma habitual.

El título del libro da a entender que la compasión es el siguiente paso después del mindfulness. ¿No se puede aplicar ese concepto de compasión en el día a día sin practicar mindfulness?
No es necesario empezar con mindfulness y seguir practicando compasión. Puede empezarse directamente con compasión. Lo que sí se recomienda es tener cierta formación de ambas porque se equilibran y complementan. En la tradición oriental se dice que son las dos alas del pájaro de la sabiduría.

No entiendo el concepto de ‘terapia de compasión’. ¿Podría poner un ejemplo? ¿Cómo se aplica eso en el proceso del paciente?
Es terapia porque ayuda a mejorar enfermedades como la depresión o la ansiedad. Un aspecto clave en el desarrollo de enfermedades es la autocrítica, lo mal que nos tratamos a nosotros mismos. La autocompasión permite que cuando algo nos sale mal, no nos sintamos culpables, no nos machaquemos, sino que nos demos afecto, como haríamos con un niño o con un amigo. Cambia la relación que tenemos con nosotros mismos y facilita sentirse mejor aunque las circunstancias sean adversas. Por eso es terapia.

Tengo problemas para dormir, me despierto varias veces cada noche, ¿hay alguna técnica de mindfulness que pudiera ayudarme?
Para dormir es especialmente útil la técnica denominada body scan (escaneo corporal) antes de dormir, en la propia cama. Consiste en poner la atención secuencialmente en diferentes partes de nuestro cuerpo.

-¿El mindfulness es lo mismo que el yoga? ¿No basta con hacer deporte para meditar?
El yoga es una técnica mente-cuerpo ideal para desarrollar mindfulness (igual que el tai chi o el chikung, por ejemplo). Pero para que sea una práctica de mindfulness, la atención debe estar en los movimientos corporales. Si la atención se va a ver lo bien o mal que lo hacemos o a compararnos con los otros compañeros de la clase, eso no es mindfulness, es más de lo mismo. Solo tendría beneficios físicos, no cambiaría el funcionamiento de nuestra mente.
Lo mismo pasa con el deporte, puede ser solo deporte o si se hace con la atención puesta en el cuerpo, es también mindfulness. Los beneficios son siempre mayores si la actitud es mindful.

– ¿No crees que el mindfulness, aunque sea tan antiguo, no deja de ser otra moda pasajera de Occidente?
Yo creo que es más que una moda, ha venido para quedarse. Nuestra sociedad es la que menos nivel de atención ha desarrollado en la historia de la humanidad. ¿Quién puede estar 30 minutos sin ver el whatsapp o el mail? Esa necesidad de volver a la atención, al estado natural de nuestra mente, es lo que hace que haya tanto interés en mindfulness.

¿Qué tiene que ver la compasión con el mindfulness?
La compasión permite establecer una relación amable con nosotros mismos y con el mundo, ser más conscientes del sufrimiento del mundo e intentar ayudar a disminuirlo en lo que se pueda. Para ello hace falta mindfulness, ser ecuánime y no olvidarnos de nuestro sufrimiento cuando ayudamos a los demás, algo muy frecuente en occidente. Por eso son tan frecuentes el síndrome del cuidador o el quemado profesional.

– ¿A partir de cuántas sesiones se comienza a notar los resultados del mindfulness?
Los cursos de formación estándar de mindfulness suelen durar 7 u 8 semanas. Los estudios dicen que si en este periodo se practica una media de 15 minutos al día, se observan cambios estructurales en el cerebro mediante neuroimagen. El principal es una mayor conexión prefrontal con la amígdala cerebral, es decir, una mejor regulación de las emociones negativas.

¿Qué beneficios conlleva la meditación budista? ¿Hasta que punto se libera la mente de pensamientos negativos del pasado?
La meditación, sea budista o de otro tipo, se asocia a una serie de beneficios. Mindfulness es una técnica aconfesional y con gran evidencia científica, razón por la que es fácilmente aceptable por los occidentales. Por otra parte, carece de la ritualística asociada a las religiones, algo que produce un importante rechazo en la sociedad actual. Pero los beneficios de mindfulness o de cualquier meditación son muy similares.

¿Qué perfil de personas experimentan más beneficio en sus terapias?
Ya hemos comentado que mindfulness y compasión son especialmente útiles en depresión, ansiedad, adicciones, bulimia, etc. Entre las enfermedades somáticas es eficaz en hipertensión, enfermedades cardiovasculares o dolor crónico. Pero puede ayudar en cualquier enfermedad crónica porque mejora la adaptación y aumenta la calidad de vida.

¿Por qué parece que en esta sociedad necesitamos cada vez más este tipo de cosas en vez de estar sanos mentalmente como se ha hecho toda la vida? Es decir, buenas relaciones familiares, conservar las amistades, desconectar de vez en cuando y hacer algo de deporte? ¿Ya no sabemos mantener la mente sana?
Todo esto es muy importante para la salud, pero nuestro modo de vida estresado y deshumanizado ha hecho que perdamos esta forma de funcionar. Mindfulness y compasión nos ayudan a conectar con lo que es realmente importante, con nuestro sentido en la vida.

En la presentación de su libro da a entender que la compasión tiene dos facetas: hacia uno mismo y hacia los demás. ¿Por dónde hay que empezar?
Debe de ser simultáneo. La compasión hacia uno mismo es lo que mejor predice la compasión hacia los demás. No se puede ser crítico con uno mismo y no serlo con otros. Ser demasiado compasivo hacia otros olvidándose de uno mismo nos agota emocionalmente y hace que nos distanciemos de las personas como mecanismo de supervivencia. Es lo que ocurre en el quemado profesional o ‘burn out’.