Trauma es una palabra muy utilizada hoy en día. Hace referencia a una situación muy estresante que sobrepasa la capacidad y recursos de la persona que lo experimenta. Esto impide que pueda integrar de una manera saludable lo que le ocurrió, causándole problemas en diversas situaciones futuras. Por ejemplo, una situación de abuso o un accidente de tráfico constituyen situaciones con una alta probabilidad de generar trauma.
En este tipo de circunstancias el cuerpo reacciona de forma automática desplegando sus defensas más primarias con el fin de sobrevivir y de sentir el menor dolor posible. Estas respuestas automáticas pueden adoptar distintas formas como: huir, correr, desbordarse emocionalmente, evadirse, desconectarse de la realidad (disociarse) o incluso apagarse por completo como si el cuerpo se quedara hibernando. Se trata de respuestas que garantizan la supervivencia del individuo.
A partir del momento de la vivencia traumática, el cuerpo guarda memoria de lo ocurrido, por ejemplo mediante la activación emocional y la sensaciones de tensión y respiración agitada que se generó durante el momento del abuso. Cada vez que algún estimulo o situación le recuerda lo vivido se desencadena la misma reacción corporal.
A veces un estímulo tan nimio como un ruido o un olor puede desencadenar que la persona se desregule si en el momento del episodio de estrés (trauma) sucedía algo similar. Por ej emplo, muchos veteranos de guerra se desregulan y pierden el control al oír determinados sonidos que asocian a los disparos del conflicto en el que participaron.
El problema por tanto reside en que estas personas no consiguen rehacer su vida al re experimentar el evento traumático una y otra vez en diversos momentos de su vida. Esto las impide vivir su vida con plenitud y las hace estar muy pendientes del futuro previniendo situaciones que puedan provocar que se desborden de nuevo.
¿Cómo puede ayudar la atención plena en este proceso?
Hablar sobre ello, y entender lo que ocurrió a nivel cognitivo es muy importante y constituye un primer paso; sin embargo no siempre es suficiente ya que el cuerpo guarda memoria de lo experimentado también. En este sentido, los enfoques que trabajan con el cuerpo como la atención plena y las psicoterapias cuyo foco principal se centra en la parte somática (corporal) como la psicoterapia sensoriomotriz resultan eficientes y adecuados en muchos casos.
Estas intervenciones comienzan trabajando con la información corporal, es decir, con lo que ocurrió y se experimentó en el cuerpo en aquel momento para desde ahí influir la forma en que procesamos e integramos el recuerdo a nivel cognitivo – mental. El entrenamiento para estar aquí y ahora a través de Mindfulness resulta de suma importancia para poder integrar la experiencia traumática en el momento presente y no viajar de nuevo al pasado que es lo que suele suceder cuando la persona recuerda lo vivido. Sino es capaz de procesar el evento en el momento presente vuelve a experimentar el mismo dolor (por ejemplo tensión, respiración agitada) que en aquel entonces cuando tuvo el accidente o sufrió abuso sin poder pasar página y moverse hacia adelante
Resulta de suma importancia por tanto aprender a estar presente para poder revivir la situación traumática. Integrarla corporal y psíquicamente permitirá poder mirar hacia adelante, pasar página y continuar con la vida sin el miedo a que esto vuelva a repetirse.
Hola me gustaría saber si imparta profesorado de mindfulness especialmente para el trauma o imparta secciones de mindfulness para el trauma
Hola Nazaribeth,
Gracias por tu comentario. Efectivamente algunos de nuestros profesores están especializados en trauma e imparten sesiones individuales en donde a través de la psicoterapia y ejercicios e intervención basadas en Mindfulness abordamos esta dificultades. Saludos