La psicología de hoy en día utiliza el término bienestar de múltiples formas.  El psicólogo Carol Ryff de la universidad de Wisconsin ha creado un modelo de bienestar que se divide en 6 ramas que han dado lugar a un test y escala de evaluación y entre las que se incluyen:

• Autoaceptación: Implica sentirse bien con cómo eres. Conocer y ser consciente de tus cualidades positivas y no tan positivas. Conlleva desarrollar y cultivar una autoconciencia sin juicios.
• Crecimiento Personal: hace referencia a la sensación de que sigues desarrollándote a lo largo de la vida, mejorando a medida que pasa el tiempo, alcanzando todo tu potencial y cultivando nuevos talentos al adoptar nuevas formas de percibir y  mirar la vida
• Autonomía: conlleva independencia en el pensamiento y la escritura, libertad respecto a la presión social, utilizar tus propios estandares para medirte a ti mismo. Cobra especial relevancia en culturas muy individualistas como EEUU o Australia
• Maestría: sentirse competente a la hora de manejar las complejidades de la vida. Aprovechar las oportunidades que se cruzan en tu camino y generar situaciones que se ajustan a tus necesidades y a tus valores
• Relaciones satisfactorias: implica afecto, empatía y confianza, preocupación mutua por el otro así como dar y recibir de forma saludabl
• Propósito de vida: objetivos y creencias que dan sentido y dirección en la vida. Algunos filósofos afirman que la verdadera felicidad es un subproducto del sentido y el propósito en la vida.

Ryff ve estas 6 cualidades como una versión moderna de la “eduamonia”, el más elevado de todos los bienes humanos según Aristóteles y que hace referencia a la realización de nuestro potencial “único”

Diversas formas de meditación parecen cultivar una o más de estas 6 capacidades.  Además varios estudios han medido como la meditación incrementa las puntuaciones de la población general en la escala de Ryff .

Menos de la mitad de la población americana de acuerdo al “Centro para el Control y la Prevención de la Enfermedad”  señalan sentir un fuerte sentido y propósito  en la vida más allá de sus trabajos y obligaciones familiares. Este aspecto particular del bienestar puede tener implicaciones significativas. El célebre psiquiatra Victor Frank hablaba de todo estos elementos en su libro “el hombre en busca de sentido”, en el cual relata como la sensación de sentido y propósito en la vida le permitieron sobrevivir varios años junto a otros compañeros en un campo de concentración nazi.

El sentimiento de Frank enlaza con el descubrimiento de que tras un retiro de meditación de tres meses de duración (540 horas aproximadamente) los participantes incrementaron su sensación de propósito en la vida. Durante ese tiempo también mostraron un aumento simultáneo en la actividad de la telomerasa de las células de su sistema inmune, incluso 5 meses después de haber concluido el retiro. Esta enzima protege la longitud de los telómeros que se encuentran al final de las hebras del ADN y que reflejan el tiempo que una celula vivirá en el futuro.

A su vez resulta de interés señalar que ocho semanas de práctica de distintas variedades de ejercicios de Mindfulness parecen alargar una parte de la región del tallo cerebral  que correlaciona con un incremento en la escala de Ryff.

Otros estudios han demostrado que prácticas populares de Mindfulness generan  varios beneficios entre los que se encuentran mejoras en el bienestar y que se mantienen un año después de haberlas realizado.

Sin embargo, tal y como indican varios de los investigadores, estos estudios deben replicarse más veces manteniendo la rigurosidad en su diseño antes de poder constatar con seguridad todos estos hallazgos.

(Extracto del libro The Science of Meditation: Dan Goleman y Richard Davidson 2017)